Te levantás una mañana, te sentás en la cama, ves el amanecer (qué hermoso).
Qué hermoso. ¡PLAF! Y de golpe, una bofetada tremenda, salida de quién sabe dónde. Te empieza a doler el dolor ajeno, un poco más arriba te duele la esperanza, y donde no sabÃas que existÃa te duele el egoÃsmo.
Un cosquilleo inquietante te va subiendo por la espalda y te mareas de la tristeza. Ahà no hay amor. Ves que lo que vemos, lo poquÃsimo que vemos, es un ensayo de lo que podrÃa haber sido, lo que no quisimos aceptar. "Protección feliz durante 30 dÃas gratis". Se te terminaron los 30 dÃas, a joderse. Las dosis de felicidad que venden no están a tu alcance. Te enfermás de mundo, se te cae encima y te deja en cama mientras te aplasta. Los que tienen suerte se hunden tanto en la cama por tan tremendo peso que acaban haciendo un agujero y se escapan por abajo, en silencio. Y en silencio también, se ponen atrás del mundo, y le tapan los ojos jugando. AhÃ, donde empieza el juego silencioso, está la medicina.
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