3.9.04

Señores psicólogos, ahí tienen

(Analicen esto, si se atreven. Muehehe.)

Volví y reaccioné y grité
y me corté el pelo
aminoré el ego
aceleré la risa
completa en unas horas,
ahora no espero y descubro
que eso es la esperanza.
No esperar, qué regalo.
Lo conseguí. El aire se limpia profundo de tormenta y día, corre viento, huele a lluvia, truena. Una cama naranja, y yo, se apagaron las luces, se prendieron
de nuevo, ahora es un abrazo partido de agua y mi perro espera en el balcón que caiga más, se escucha el ruido de un coche al pasar salpica y me deja estando dormida. Qué olor a vida, qué vida. Vuelvo, vuelvo, espérenme que vuelvo. O mejor, no me esperen.
Cálido, transparente,
seco pero mojado,
angustia que pasa y se lleva la lluvia,
un día sin día,
venga, vaya,
libre, trueno,
rayo, ying yang de nuevo y espero que me entienda:
yo no espero, no creo en dobles
creo en más
vivo en 4 y vuelvo
no me entienda, lo prefiero
al café con mediaslunas y un suspiro,
lo prefiero, no me entienda.




pd: qué Freud ni que ocho cuartos, no soy peligrosa, según la policía.

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